No empieza mal el presidente de Francia, François Hollande. Y, aunque todavía no se ha concretado cuándo, la promesa electoral de que subirá el impuesto a los ricos y grandes fortunas sigue adelante. Así lo confirmó el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, durante una intervención en la Asamblea Nacional.
Según Ayrault, el Gobierno socialista francés sacará adelante una reforma fiscal en la que se prevé esa subida de impuestos que se traducirá en que los franceses que obtengan unos ingresos anuales superiores a 1 millón de euros tendrán un impuesto excepcional del 75%.
Otra decisión relevante que echa por tierra lo que pretendía hacer el ex presidente galo, Nicolás Sarkozy, y que pasa por suprimir la subida del IVA social que estaba previsto en unos meses.