Con la subida del IVA pasando del 18% al 21% y del 8% al 10%; el recorte de la prestación por desempleo al sexto mes; la supresión de la paga extra de Navidad de funcionarios y altos cargos; así como con el refuerzo de las diputaciones, fijando a su vez el sueldo de alcaldes y reduciendo el número de concejales, el Gobierno de Mariano Rajoy quiere lograr un ajuste de 65.000 millones de euros.
Este nuevo y durísimo tijeretazo de los populares han sido justificados varias veces por Rajoy, durante su intervención en el pleno extraordinario del Congreso: “Es lo único que se puede hacer”.
Según el presidente español, no le gustan nada las medidas que está adoptando, pero aseguró que sólo de esta manera España podrá salir de la crisis. “Dije que bajaría los impuestos y los he subido. No he cambiado de criterio, han cambiado las circunstancias”, argumentó.
España está viviendo “una situación extraordinariamente grave” que hay que corregir “con urgencia“, insistió el presidente del Gobierno, al tiempo que afirmó que “tenemos que salir del atolladero y necesitamos hacerlo cuando antes. Y aquí no caben ni fantasías ni ocurrencias”, aseveró.
Esta batería de ajustes que, previsiblemente, se aprobará en el Consejo de Ministros de este mismo viernes, “no son agradables” pero “son imprescindibles”, reiteró Rajoy, quien no se olvidó echar mano de la “herencia” recibida del anterior Ejecutivo socialista presidido por José Luis Rodríguez Zapatero.
Hablando de Rodríguez Zapatero, algunos diputados como Rosa Díez de UPyD o Josu Erkoreka del PNV han comparado este tijeretazo de Rajoy al que llevó, en su día, el Gobierno socialista en mayo de 2010. “Señor Rajoy, ya tiene usted su 10 de mayo”, le espetó la portavoz de UPyD.