Ser miope o tener astigmatismo parece que es más que un problema para el 75% de los niños que usan gafas a la hora de hacer deporte. Al menos, esto es lo que se refleja en un estudio elaborado por la Universidad Europea de Madrid (UEM).
Es más, los ‘valientes’ que al final se lanzan a practicar algún que otro deporte tienes quitarse las gafas, con lo que la visión es más que reducida. Esto le pasa al 88% de los chavales encuestados para dicho informe.
Entre los deportes que más les cuestan a los niños con gafas son los de invierno o de montaña, así como los acuáticos o los que requieren un movimiento constante.
Pero no sólo molestan las gafas para hacer deporte a muchos de nuestros hijos, las lentillas también suponen algún que otro problema, por ejemplo, en ambientes de gran sequedad. Tampoco se lo ponen fácil prácticas de natación a los que llevan lentes de contacto.
La cirugía láser puede convertirse en una solución para estos pequeños, pero ya sabemos que las dioptrías, sobre todo, en pleno crecimiento, suelen aumentar más de lo deseado. En fin, para los interesados que sepan que este tipo de intervenciones no duran más que unos 14 minutos y la visión se recupera entre las 24 y las 48 horas posteriores.