Momentos de auténtico pánico el vivido durante más de una hora esta mañana en Oslo. Y es que todas las alarmas saltaron por un paquete sospechoso dejado en los alrededores de la Embajada de EEUU en Noruega.
Lo curioso de la historia es que la policía estuvo examinando dicha falsa bomba, después de que funcionarios de la embajada norteamericana la utilizaran para un simulacro y se la olvidaran debajo de un vehículo.
Menuda gracia debió de hacer a las autoridades noruegas, sobre todo, después de que se haya cumplido ya el primer año de los atentados cometidos por el extremista Anders Behring Breivik en Oslo y la isla de Utoya.
El caso es que hasta que se determinó que no había peligro se desalojó a numerosas personas de la zona, viviéndose momentos de gran tensión y recordando la matanza de Breivik.
El portavoz policial Johan Fredriksen explicó después al diario “VG Nett” que se trató de “una falsa bomba de los estadounidenses, lo que ya reconocieron. La usaron para un simulacro interno y se la olvidaron después debajo de un auto”.
Tras registrarse la alarma, las autoridades evacuaron la embajada, una estación cercana de trenes y los visitantes tuvieron que salir del cercano Palacio Real y del Teatro Nacional. El tráfico fue paralizado en un radio de 500 metros alrededor de la representación estadounidense.
El 22 de julio de 2011 el asesino confeso Anders Behring Breivik hizo estallar un coche bomba en el distrito gubernamental de Oslo matando a ocho personas. Luego se dirigió armado a la isla de Utoya y allí mató a 69 jóvenes que estaban en un campamento de verano de la socialdemocracia noruega.