Portos de Galicia acaba de dar luz verde a un protocolo de actuación para la instalación, reparación y desguace de bateas con plenas garantías ambientales y de operatividad. El texto fue ratificado en el último Consejo de Administración de dicho ente público y hecho público este domingo.
El protocolo aprobado determina la demanda de varaderos para estas tareas y función del número de bateas existentes en cada ría. En base al censo de mejilloneras, la Ría de Vigo, con 550 bateas, la de Pontevedra, con 380, y la de Arousa, con 2.500 bateas, son las que registran mayor necesidad de varaderos en los que realizar estos trabajos.
Ante esta realidad, se determinan los puntos más acomodados para la ubicación de varaderos, estableciendo inicialmente seis: uno en la ría de Vigo, otro en la de Pontevedra y cuatro en la de Arousa. En la mayoría de los casos existen ya cuestas para varadero, que podrán ser ampliadas, mientras que otras ubicaciones no cuentan aún con esta infraestructura.
Entre las instrucciones que recoge el protocolo, se establece la idoneidad de disponer de una superficie de varadero de entre 30 y 40 metros, con una manga de entre 30 y 40, en la que puedan situarse simultáneamente dos bateas.
Asimismo deben contar con un área adyacente de unos 3.000 metros cuadrados. La situación de estas cuestas debe contar con un buen acceso terrestre y un marítimo lo suficientemente amplio para maniobrar un remolcador, con un callado mínimo de dos metros.
Con este protocolo se pretende regular las tareas de mantenimiento de bateas con las mejores condiciones de operatividad y seguridad, retirando esta tarea de las playas, donde se venía realizando hasta el momento, con los preceptivos permisos de costas.