El reloj marcaba las 14:24 horas de un 20 de agosto de hace cuatro años cuando el vuelo JK5022 de Spanair se estrelló en el aeropuerto de Barajas, durante su maniobra de despegue.
En el trágico accidente murieron 154 personas y, como viene siendo habitual en años anteriores, sus familiares y amigos realizarán este mediodía un homenaje en la Terminal 2. Sólo se salvaron 18 personas ese día.
Está previsto que acuda al acto en el aeropuerto madrileño la ministra de Fomento, Ana Pastor, quien este fin de semana anunció que su departamento pretende sacar adelante una ley para coordinar mejor la información en siniestros como los de Spanair, así como ofrecer apoyo psicológico.
Desde la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 lamentan que cuatro años después de perder a sus familiares siga sin fijarse una fecha de juicio y continúan reclamando que haya más imputados. También el sindicato de pilotos han exigido la responsabilidad de los directivos de la compañía Boeing, fabricante del avión siniestrado.
Según el informe de Aviación Civil, la tragedia de Spanair se produjo por la negligente actuación de la tripulación, con al menos cuatro errores, entre ellos el de no haber no haber configurado correctamente los alerones para el despegue. Esto unido a las malas prácticas de los técnicos de mantenimiento que despacharon indebidamente el avión averiado desató el siniestro.
En cambio, la plataforma de afectados no están conformes con esta explicación y están convencidos de que fue un fallo interno de la aeronave lo que provocó el accidente. Consideran que el aparato falló por circunstancias muy similares a las ocurridas en un MD-82 en Detroit (EEUU).