Científicos del Instituto Nacional del Envejecimiento de EEUU han concluido un estudio a largo plazo en macacos que asegura que llevar una dieta saludable no garantiza una mayor esperanza de vida en contra de lo que siempre se ha pensado.
Según leemos en la revist ‘Nature’, por mucho que se haya dicho que sí durante décadas, a día de hoy no existe ninguna fórmula de manipular la dieta humana para tener longevidad.
Y es que, desde la década de los años 30, diferentes estudios han ido demostrando que ratas, ratones, moscas de la fruta y gusanos alimentados en laboratorio con un 10 a un 40% menos de calorías que quienes llevan una alimentación libre vivían alrededor de un 30%. Incluso, en algunos casos, llegaron a vivir el doble de tiempo.
Sin embargo, este nuevo estudio rompe esta conexión entre comer sano y la prolongación de la vida.
El trabajo reveló que la mayoría de los 57 macacos que consumieron dietas calóricamente restringidas tenían corazones y sistemas inmunes más saludables y menores tasas de diabetes, cáncer y otras enfermedades que los 64 monos que actuaron como grupo de control. Pero en cambio no había ninguna recompensa en su longevidad.