Una vez levantado el secreto de sumario del caso del Códice Calixtino hemos conocido, a través de El País, que el principal sospechoso del robo, el ex electricista Manuel Fernández Castiñeiras, hizo una nueva declaración recientemente en la que aseguraba haber actuado incitado por el propio deán del la catedral de Santiago, José María Díaz, así como por el administrador.
No obstante, este supuesto no está teniendo demasiada credibilidad para la investigación, que considera poco probable que los responsables del tiempo quisieran hacer desaparecer el Códice.
Pese a que en la primera declaración policial el ex trabajador del templo confesó el robo por un ajuste de cuentas, con el paso del tiempo decidió cambiar su versión y tratar de implicar al deán. Quiso convencer a los investigadores que el deán quería buscar una publicidad a la pieza histórica que no habría tenido nunca de otra manera.
El móvil de la sustracción sigue siendo, en principio, la ‘venganza’ del ex electricista después de ser despedido.
Fue el pasado 4 de julio cuando la Policía logró recuperar este manuscrito del siglo XII, después de un año ocultó en un garaje de Milladoiro, propiedad del acusado del robo.
Pero Fernández Castiñeiras no sólo robó el Códice Calixtino, sino que también se apropió durante años del dinero del cepillo de la catedral alcanzado más de 200.000€. De hecho, cuando se destapó todo se encontraron más de 1,2 millones de euros en efectivo.