La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, podría seguir los pasos de su homólogo de Roma, Gianni Alemanno, y prohibir que se coman bocadillos o se consuman bebidas en la calle. Esta normativa, que ya se aplica en la capital italiana, contempla multas económicas que van desde los 25 a los 500€.
Pero Alemanno no sólo quiere cambiar los hábitos de numerosos extranjeros que, con la mochila al hombro, comen y beben en los rincones más turísticos de Italia, sino que también quiere que la gente no se apalanque en enclaves míticos como la escalinata de la Plaza España o que los mendigos desaparezcan de las calles.
La nueva ordenanza solo estará vigente hasta el 31 de enero en la zona que va de San Pedro a San Juan de Letrán, en Roma.
Tras conocer esta práctica en Italia, en España el vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, no descarta sacar adelante alguna práctica parecida en un futuro no muy lejano. De hecho, el número dos de Botella se limitó a remitir a los periodistas a la nueva ordenanza de convivencia, ahora en elaboración, en la que trabaja el Ayuntamiento de Madrid.