La multitudinaria manifestación indepentista registrada en Cataluña hace semanas y el adelanto electoral del próximo 25 de noviembre estarán también muy presentes en el clásico Barça-Madrid de este domingo.
En las gradas del Camp Nou se espera un ambiente de lo más politizado, ya que existe la petición expresa de que los aficionados culés vayan con la senyera.
De hecho, el presidente del F. C. Barcelona, Sandro Rosell, ha dado el visto bueno para la colocación de un mosaico gigante en el Camp Nou en el encuentro de mañana, con la desaparición de los colores azul y grana del equipo y dar cabida a dicha bandera catalana.
Vamos que, una vez más, deporte y política se fusionarán en un escenario propicio para estos asuntos, la ciudad condal. Aunque en honor a la verdad, el ambiente del clásico no estará más cargado que en otras ocasiones, ya que la tensión entre los dos rivales siempre está presente.
Pero dejando a un lado las cuestiones políticas, cabe recordar que Barça y Madrid llegarán al terreno de juego con 8 puntos de distancia, aunque esto no es algo nuevo, ya que en el temporada 1990-1991 ya pasó exactamente lo mismo. Por aquel entonces Johan Cruyff era el entrenador azulgrana y Alfredo Di Stéfano ocupaba el banquillo del Real Madrid.
En aquel partidazo ganó el Barcelona por 2-1, ahora sólo hay que esperar a lo que pase mañana y nosotr@s estaremos aquí para contarlo.