Una derrota en este segundo cara a cara habría supuesto para el presidente decir adiós a algún otro estado clave, después de que su anterior encuentro le hiciese despedirse de la ventaja que tenía en Florida, y puede que a otros 4 años en la Casa Blanca. Y Barack Obama no defraudó. Dejó de ser el tío aburrido del primer debate y salió, como el viejo Alcibíades, a por la yugular de su contrincante. Y funcionó.
70 millones de espectadores vieron como el candidato a la reelección dejaba a Mitt Romney como un millonario alejado de la gente corriente, que se opuso al rescate de la industria del automóvil, donde el padre del republicano se hizo rico en los años 50, que acusó a 47% de los estadounidenses de vivir del erario público y de ser unos vagos y un veleta.., dando la espalda al público y acercándose a su rival Obama le espetó, “¿tú has cerrado una mina de carbón y ahora estás a favor de su explotación? ¿es eso lo que dices?”.
El presidenciable republicano se defendió, pero no fue el tío duro que salió a por el presidente en el debate anterior y, aunque entró en el cuerpo a cuerpo recordándole a Obama sus incumplimientos, la jugada le salió mal cuando le increpó sobre el asesinato del embajador estadounidense en Libia. El presidente, que no dio una respuesta clara sí fue capaz de responder, “has usado esta muerte con fines políticos, lo encuentro ofensivo”.
El debate se celebró en la universidad de Hofstra en Long Island (Nueva York) y fue un abierto, con una decena de personas seleccionadas por la empresa de sondeos Gallup iba haciendo preguntas a los candidatos, un formato en el que Obama se acercó al tipo aquel del ‘Yes we can’ y en el que Romney nunca estuvo cómodo, tal y como reflejan los sondeos de las principales cadenas de televisión que señalaron al presidente como claro ganador…aunque no con tanta ventaja como para haber dejado a Romney en la cuneta, algo que sí logró el republicano en su primer encuentro con el demócrata.
Por ello, las posibilidades de ambos, con unos sondeos electorales prácticamente igualados, con un 48% a favor del ex gobernador y un 47% con el presidente, dejan todo, o una parte muy importante, de lo que puedan hacer ambos para atraerse a los indecisos, a la espera de lo que pase en el último debate, el próximo lunes, día 22 en Boca Ratón, Florida. Un estado casi indispensable para Mitt: ya se sabe que un demócrata puede ser presidente sin Florida…pero un republicano…¿verdad W?