“No sabía que iban a desmantelar el hospital, qué pena”. Con esta frase argumentó su firma contra el cierre de La Princesa la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, provocando un lío de los gordos entre el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid -ambas instituciones del PP-, responsable de reducirlo, en breve, en un geriátrico.
Parece ser que Botella acudió este fin de semana al servicio de urgencias acompañando a su hija y yerno a visitar a un amigo y fue en ese momento cuando parte del personal sanitario que continúa el encierro le pidieron su firma. No sólo firmó ella también el marido se su hija, Alejando Agag.
Las firmas de Botella y su yerno se suman a las más de 10.000 que ya han conseguido para exigir al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, que frene sus pretensiones convertirlo en un centro de mayores.
Precisamente, tras conocerse que Botella había firmado contra la medida de su compañero de partido, González aseguró que la alcaldesa “no se ha enterado de lo que está pasando” en el hospital de la Princesa y que, por eso, firmó dicho documento.
Y es que, el presidente argumentó, una vez más, que el hospital “no se va a cerrar” sino que se va a transformar en un centro especializado en la atención de mayores.
No piensan lo mismo los trabajadores del hospital madrileño que protagonizan un encierro desde el pasado día 2 de noviembre.
