Una mujer ha denunciado este martes en la Jefatura de la Policía Local que las quemaduras con las que se presentó en la misma, en el lado izquierdo de la cara y el brazo izquierdo, fueron causadas en un monasterio de la ciudad en el que, la noche del 23 al 24 de este mes ardió un pajar.
La mujer, que también tenía la ropa parcialmente quemada, dijo que residía temporalmente en ese lugar y que, mientras dormía, alguien le había prendido fuego, aunque desconocía quién. Tras prestar declaración, la fue evacuada al Hospital Xeral en ambulancia, mientras los agentes se trasladaron al citado monasterio y contactaron con una de las hermanas y con la superiora.
Éstas le explicaron que la mujer había sido novicia pero había rechazado tomar los hábitos, por lo que había sido expulsada en agosto de este año. La mujer les había dicho que regresaba a su país pero en septiembre se había vuelto a presentar en el monasterio, siendo nuevamente rechazada.
En esa ocasión, la mujer había llamado a la Policía Nacional, aunque se había mostrado poco colaboradora mordiendo a uno de los agentes por lo cual fue detenida. Según afirmaron las religiosas, desde esa vez no habían vuelto a verla, si bien indicaron que hace unos días se había producido un incendio del que desconocían las causas.