No, no iba para ingeniero, ni de canales, ni de caminos, ni de puertos…o eso, o engordó mientras hacía el trabajo. Se trata de este preso brasileño que cumplía, y que seguirá haciéndolo, condena en la cárcel de Ceres, y que quedó atrapado en el agujero que él y otros compañeros habían hecho en la pared de la celda con un tubo metálico de la ducha.
Un primer preso logró salir pero cuando le tocó el turno al segundo, quedó atorado en la pared. El hombre, no solo no pudo liberarse, sino que tampoco pudieron hacerlo los vigilantes de la cárcel, por lo cual tuvieron que llamar a los bomberos.
Según ha declarado el jefe de seguridad del centro penitenciario, otros compañeros que iban a fugarse también, le empujaron, pero ello solo complicó su situación, puesto que ni entraba ni salía. Su situación se complicó cuando empezó a tener calambres y dolores, por lo cual pidió auxilio a gritos, lo cual, como era de esperar, alertó a los miembros del equipo de seguridad de la penitenciaría.
Hay que decir que no es que Ceres sea Alcatraz…salvo en una cosa: de las decenas de intentos de fuga, solo uno ha tenido éxito, y como sucedió en la famosa cárcel norteamericana con Frank Morris y los hermanos John y Clarence Anglin, nunca ha sido encontrado…pero bueno, este, como puede verse, no es el caso.