Quien lo advierte es la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) que confirma que la lucha mundial contra la malaria se encuentra bastante estancada por los problemas de financiación durante los dos últimos años.
Y es que, según un informe elaborado por la OMS, la actual coyuntura económica a nivel mundial podría poner en un callejón sin salida todo los avances y logros para controlar una de las principales enfermedades infecciosas y letales del mundo.
La malaria, causada por un parásito presente en la saliva de los mosquitos, mata anualemente a cientos de miles de personas, sobre todo, a los más vulnerables, es decir, bebés y niños africanos de menos de 5 años.
Solo durante 2010 la enfermedad infectó a 216 millones de personas y costó la vida a aproximadamente unos 655.000 ciudadanos. Pero no son datos fiables cien por cien, ya que otros estudios reflejan el número anual de muertes por malaria podría doblar, incluso, esa cantidad.
Para poder siguiendo luchando contra la malaria se necesitarían cerca de 4.000 millones de euros desde ahora a 2020, algo que vemos que con tanta crisis económica podría obviarse. Con esos 4.000 millones de euros podrían conseguirse medicinas, continuar aplicando medidas de prevención y realizar pruebas a todo el que lo precise en los 99 países donde actualmente se transmite la enfermedad.
Sin embargo, y a pese a que muchos países han aumentado la financiación para la malaria, los fondos globales disponibles fueron de 1.746 millones de euros en el 2011, menos de la mitad de lo que se necesita.
El mayor impacto de la malaria se concentra en 14 países endémicos que representan aproximadamente un 80% de las muertes por malaria. Nigeria y la República Democrática del Congo son sólo algunos de los países más afectados, aunque también se dan casos en India o en la zona del sudeste de Asia.