El expresidente estadounidense, padre de otro presidente de mucho peor recuerdo, seguirá hospitalizado en Houston debido a una bornquitis y no podrá pasar la Navidad en su casa, tal como habían previsto los médicos que le tratan. Bush, de 88 años de edad, lleva ya un mes en el hospital y, según los médicos se encuentra estable.
Estos son optimistas sobre su plena recuperación, ha asegurado un portavoz del hospital en el que se encuentra, el Hospital Metodista de Houston, en un comunicado transmitido por correo electrónico. Sin embargo, el centro médico ha aclarado que los doctores que atienden a George Bush “ han adoptado medidas “extraordinarias de precaución”, por lo que no han fijado una posible fecha de alta. “Consideran que el presidente debe recobrar sus energías antes de irse a casa”, algo que contrasta con el anterior parte en el que se indicaba que el paciente podría pasar estas fechas en familia.