ANTONIO ALBALADEJO/ Esta es la conclusión que hemos sacado tras pasar una noche, la noche de fin de año, haciendo el turno con los miembros de una ambulancia medicalizada del 061. Que sean ellos quienes acudan o que lo hagan otros, puede ser la diferencia entre estar vivo o muerto, padecer lesiones medulares permanentes o no, reducir o aumentar las posibilidades de superar con éxito un paro cardiorespiratorio o llegar al hospital estabilizado y dispuesto para entrar directamente en un quirófano.
Esta es la función del médico con formación específica en urgencias y emergencias, el diplomado en Enfermería con formación en urgencias, el conductor técnico en transporte sanitario y el ayudante en transporte sanitario que componen la dotación de cada una de estas ambulancias que trabajan 24 horas al día los 365 días del año.
Son ellos los que garantizan que la ambulancia salga de su base, en un máximo de tres minutos desde que se recibe la llamada en el Centro de Coordinación del 061 en Santiago. Allí, la misma es atendida por un operador, que inmediatamente se pone en contacto con la ambulancia, introduciendo la dirección del enfermo en el GPS de la misma; un ordenador, instantáneamente, informa si desde el teléfono que llama se ha solicitado anteriormente el servicio del 061 y, en este caso, proyecta al médico al que se pasa la llamada, los datos del paciente, su historial, dolencias y tratamientos anteriores. Estos datos, junto con la información sobre el estado de la persona que hay que atender, son transmitidos telefónicamente al médico que va en la ambulancia para que, camino del lugar en el que se encuentra el enfermo, tenga ya una primera impresión de qué le sucede.
El GPS de la ambulancia señala la ruta hasta el lugar en el que se requieren sus servicios, y otro dispositivo más fija el tiempo de reacción, el de llegada al lugar, la posición del vehículo, el de atención in situ al paciente y el que se tarda en su traslado, si este es necesario, al hospital. Además de ello, el médico incorpora su diagnóstico y el tratamiento aplicado a la base de datos personal del enfermo, de manera que estarán disponibles, tanto para quien le atienda al llegar al centro clínico, como en el caso de que sea necesaria otra intervención de emergencia.
“Nuestro trabajo no es coger al paciente y salir corriendo hacia el hospital…es más, esa suele ser la peor opción, nosotros nos encargamos de atenderlo, de estabilizarlo, de prestarle una atención adecuada…iniciamos el tratamiento que se seguirá en el hospital”, comenta Juan, el médico que está esa noche de guardia.
Durante los servicios a los que acudimos nos explica que la ambulancia está equipada con material de inmovilización, como tememos ocasión de comprobar en una de las salidas de una noche inusualmente tranquila, una parte completamente dedicada a electromedicina, con un respirados, desfibrilador o bombas de perfusión y medicación, “disponemos de todo ello por duplicado de manera que llevamos exactamente lo mismo en el equipo con el que salimos de la ambulancia”, ello, repite, “nos permite, literalmente, poner una UVI a la cabecera del enfermo, esté en su casa o en la calle”.
Para poder hacer mejor su trabajo, el 061 ha establecido una serie de procedimientos, “totalmente descritos y protocolizados”, que facilitan la actuación en situaciones especialmente complicadas. Varios de ellos son pioneros en España, como el uso de desfibriladores semiautomáticos externos, conocidos como DESA, por personal técnico en transporte sanitario. Desde hace casi 10 años, todas las ambulancias, asistenciales y medicalizadas, contaban con un desfibrilador, cuya utilización ha permitido que el porcentaje de pacientes que no tengan secuelas tras sufrir una parada cardiorespiratoria se acerque al 30%.
Programas DESA y Alerta Corazón, pioneros en el Estado
En cada una de las bases medicalizadas del 061 hay un responsable DESA que organiza todos los registros cada vez que se uns uno de estos dispositivo, analiza los datos y evalúa cada caso. Estos se introducen en una base de datos general para toda Galicia que permiten, tanto saber a qué pacientes se ha aplicado como comparar los resultados con los sistemas de emergencia de otras comunidades y otros países, en especial a lo que se refiere a tiempos de supervivencia.
También ha sido adaptado en todo el Estado el programa ‘Alerta Corazón’, diseñado y puesto en marcha por el 061 de Galicia, que tiene como objetivo atender cuanto antes a quienes hayan sufrido un infarto agudo de miocardio o una angina de pecho. Este programa permite tener registradas a personas con riesgo coronario que, una vez dentro del programa, y en base a la información sobre su dolencia, incorporan estos datos a su historial clínico que estará disponible de manera instantánea. En el caso de que el paciente tenga un problema de salud en cualquier punto de Galicia, llamando al 061 y dando sus datos personales el médico dispone de ese historial detallado, en el que se incluyen su patología y, si los hay, electrocardiogramas anteriores.
“En este momento podemos atender a una persona, por ejemplo en Cervantes, en minutos…hablamos de alguien que vive alejado de un hospital con los medios para tratar, por ejemplo, esto de lo que hablamos, un infarto…esto es una garantía de atención que muy poca gente conoce y que tenemos aquí, en Galicia”, comenta Juan.
Más que ambulancias
Con todo, el 061 no es solo las ambulancias, ni las asistenciales, ni la medicalizada (para quienes no sepan distinguirlas, las primeras tienen la primera es blanca por delante y más corta, y la segunda azul y más larga) en la que estamos desde las doce y pico de la noche hasta casi las 10 de la mañana del día 1. Marcando este número es posible consultar directamente con un médico, “pedir que nos aclaren qué cantidad hay que tomar de un determinado medicamento, porque nos hemos olvidado o porque no nos acordamos de lo que nos han indicado cuando hemos ido a consulta”, aclarar dudas sobre la evolución de una enfermedad, sobre qué hay que hacer si persiste la fiebre o si hay una caída, pedir que nos orienten sobre un caso determinado…hasta pedir cita. Se trata de una asistencia que tiene poco que ver con la llamada habitual de ‘mande una ambulancia a tal sitio’…la decisión de enviarla o no la toma un especialista. Esto es así porque desplazar una ambulancia medicalizada para servicios no urgentes deja sin ella a toda una población, y porque hay servicios que pueden prestar las ambulancias asistenciales sin necesidad de que acuda una de estas ‘uvis móviles’.
Un servicio de emergencias que no se considera como tal
Sin embargo, no todo funciona a la perfección. vigoalminuto ha podido constatar, en distintas fuentes, varias de ellas pertenecientes a organismos oficiales, que este servicio aún tiene que superar distintos problemas, algunos de ellos inauditos. Entre estos últimos está el pago del peaje en las autopistas, lo que genera una situación ridícula: la ambulancia que acude a atender a una persona con un problema grave de salud debe detenerse y pagar; el que los conductores sean denunciados por saltarse un semáforo en rojo o exceder los límites de velocidad, en el caso de Vigo, por parte de la Policía Local y en carretera por la Guardia Civil de Tráfico que, por supuesto, en ambos casos actúan obedeciendo instrucciones de sus superiores o que sea necesario que los miembros de estos equipos de urgencia deban identificarse parta acceder a determinados lugares, incluso tras haber sido llamadas, como las pistas del aeropuerto de Peinador.
Además de ello el 061, padece, como bomberos o la Policía Nacional, el funcionamiento excesivamente burocratizado de la central de coordinación, el conocido 112. Es posible que una persona llame a este teléfono alertando de que hay una persona que se ha encerrado en un baño con intención de quitarse la vida, que a acuda el 092, que al llegar los agentes contacten con los Bomberos, que estos se vean obligados a pasar la información al 112, que desde aquí se la confirmen y que, posteriormente adviertan al 061. De tal manera que puede haber ante la puerta de ese baño, tras la cual hay alguien dispuesto a quitarse la vida, dos agentes de Policía y un médico que no pueden actuar porque aún no han llegado los Bomberos a echarla abajo.
Ello, en opinión de miembros del 061, con los que hemos contactado los dos últimos días, se debe a que “no siempre se nos considera como un servicio de Emergencias, pese a que atendemos a miles de personas al año y acudimos a un número no inferior de alertas en toda Galicia”.