Trágico suceso el ocurrido en la provincia egipcia de Guiza. Allí un grupo de desalmados secuestraron a un niño y luego lo degollaron como parte de un ritual con el que pretendían encontrar tesoros faraónicos.
Estos criminales lo mataron y lo convirtieron en sacrificio humano con el que querían hallar tesoros dentro de una tumba faraónica.
Parece que fue un brujo el que les convenció para que secuestraran al pequeño y luego llevaran a cabo el espeluznante plan.
Fue una mujer, pagada por este grupo de extremistas, la que secuestró al pequeño y luego se lo entregó a estos salvajes.
Uno de los integrantes de la banda, que no participó en esta matanza, fue el que dio el aviso a las autoridades pertinentes. Por el momento, no han sido arrestados ni localizados.