Es el resultado de una más que cuestionable intervención del las fuerzas del Ejército argelino a la planta de gas en la que islamistas radicales tenían secuestrados a unos 200 rehenes. En la misma con bombas incluidas, perdieron la vida unos 35 extranjeros y unos 15 secuestradores.
Y es que, helicópteros y aviones de combate bombardeaban este jueves la instalación. Parece que de los 41 extranjeros secuestrados ayer, sólo 11 estarían vivos.
Lo único positivo de toda esta masacre fue que el ejército de Argelia logró liberar a unos 600 compatriotas que se encontraban atrapados en la gigantesca instalación.
Todo apunta a que los autores del secuestro pertenecen a Al Qaeda en el Magreb Islámico y con él pretendía mostrar públicamente su rechazo a la ofensiva francesa en Mali.