Se trata del primer tratado aprobado por países miembros de Naciones Unidas y que se traduce en el control más exhaustivo de las emisiones de mercurio al medio ambiente.
El texto consensuado, por fin, llega tras siete días de intensas negociaciones a los más altos niveles. De hecho, los últimos encuentros se llevaron a cabo en Ginebra durante 24 horas ininterrumpidas.
Estamos ante el primer tratado de carácter medioambiental que ve la luz por parte de la ONU en los últimos diez años.
El mercurio sigue estando detrás de graves problemas de salud y las actividades humanas que mayores emisiones generan al medio ambiente son algunos procesos industriales y químicos, como la generación de energía con carbón y la minería informal.
Sustancia altamente tóxica que se encuentra en la naturaleza, el mercurio lleva año incorporado a distintos procedimientos industriales, así como a numerosos productos que van desde termómetros hasta pilas y cremas blanqueadoras de la piel.
Entre sus efectos sobre la salud figuran el daño permanente que puede ocasionar al cerebro y riñones y su capacidad de pasar al feto en formación, causando retraso mental o reduciendo el nivel de inteligencia del futuro niño.