Ingería entre 7 y 10 litros diarios de Coca Cola lo que le acabó provocando una arritmia cardíaca. Hablamos de la joven Natasha Harris, de 30 años y neozelandesa, y adicta, según su propia familia, a este refresco.
El propio informe forense así lo confirma: fue el uso desmesurado y adictivo de la Coca Cola lo que llevó a esta mujer a la muerte.
Natasha murió hace ahora dos años y ahora se demuestra que sí, que la Coca Cola está detrás de las patologías que sufrió y que no pudo superar. La documentación aportada por los forenses concluye que si la joven no hubiera bebido tanto de dicho refresco hoy estaría viva.
Por cierto que junto a esas adicción de la Coca Cola, a Natasha tampoco le ayudó mucho fumarse unos 30 cigarrillos al día.
El juez de instrucción de esta caso ha explicado que el consumo de 10 litros de Coca-Cola equivale a 970 miligramos de cafeína y más de un kilo de azúcar, vamos, una bomba de reoljería para cualquier persona.