La Fiscalía todavía no se plantea en firme estudiar una hipotética imputación de la infanta Cristina y, por el momento, supedita esa posibilidad a las declaraciones que harán el próximo sábado, día 23, tanto su marido, Iñaki Urdangarín, como su secretario personal, Carlos García Revenga.
Y es que, toda la documentación entregada ayer por el ex socio del Duque de Palma, Diego Torres, así como sus declaraciones en las que aseguró que la hija de Rey tenía un “papel activo” en el Instituto Nóos, no dejan en muy buen lugar a la infanta.
Su interrogatorio de más de ocho horas ante el juez José Castro que instruye la pieza del caso Nóos sirvió también para conocer, según la versión de Torres, que el abogado de Urdangarín, Pascual Vives, le habría ofrecido una importante cantidad de dinero para comprar su silencio y que no involucrara al Duque en todo este proceso, por lo que vemos, imparable.
Torres también contó al juez que en 2004, en dependencias del Palacio de la Zarzuela tanto él como el yerno del Rey mantuvieron un encuentro para cerrar el contrato de los eventos del Valencia Summit y al que asistieron el ex presidente de la Generalitat, Valenciana Francisco Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Por cada edición del Valencia Summit el Instituto Nóos facturó más de 1 millón de euros.
Asimismo, entre la numerosa documentación entregada por Torres, también se encuentra un correo en el que el marido de la infanta pedía a la princesa alemana Corinna Sayn-Wittgenstein formar parte de la fundación de ésta, la Fundación Laureus, por recomendación del propio Rey.
Se da la circunstancia de que el nombre de Corinna, amiga personal del monarca, aparece en varios de los correos aportados hace varias semanas por parte de Torres, en los que el Instituto Nóos agradece la participación de la noble en la primera edición del citado Valencia Summit, investigado por un supuesto desvío de fondos públicos en su organización.