Lo sabíamos, sobre todos los que , como el becario y alguno más, lucimos barba en esta redacción…pero ahora lo ha constatado un estudio reciente de la Universidad de Southern Queensland, publicado por el periódico ‘Radiation Protection Dosimetry’.
Y es que una barba tupida ofrece protección contra los daños causados por el sol y previene el cáncer de piel. Los investigadores descubrieron que las caras cubiertas con barba y bigote tenían un tercio menos de exposición a los rayos solares más dañinos en comparación con las áreas sin barba. Al parecer, las barbas ofrecen entre un 90 y un 95% de protección contra el sol, dependiendo de la longitud del pelo.
Otra ventaja es la prevención de ataques de asma. Los hombres con asma provocado por polen o polvo pueden comprobar que un bigote ayuda a reducir los síntomas del asma ya que puede retener las partículas de polen o polvo evitando que entren en las vías respiratorias.
Además, el pelo facial puede ayudar a que la piel se mantenga joven y en buenas condiciones y es que el pelo detiene el agua que sale de la piel, la mantiene hidratada y protegida del viento, que seca la piel y altera su barrera protectora.
A esto hay que añadir que las barbas que cubren la barbilla o crecen por debajo de ésta protegen el cuello con lo que se pueden evitar catarros. El pelo, aseguran los expertos, mantiene el cuello caliente y crea una barrera física contra las bajas temperaturas. Y, por último, aunque no menos importante, es que no tener que afeitarse evita los cortes en la cara, lo que puede provocar infecciones bacterianas.
Sin embargo, los dermatólogos advierten de que es necesario que barba y bigote estén cuidados, lavados y recortados para evitar infecciones….y para no parecer Grizzlie Adams, claro.