Es que es una palabra muy fuerte. La Consejería Fomento de aquella comunidad, presidida por Dolores de Cospedal, ha mandado un escrito a sus delegaciones provinciales indicándoles que no pronuncien, ni escriban esa palabra, ‘desahucio’, en las informaciones que den, o que remitan, a las familias a las que, en su día se les adjudicó una vivienda social y que, ahora están a punto de perder su casa.
La orden la ha dado Isidro Javier Zapata Romero, que es el director general de Vivienda, y el motivo de la misma es evitar la ‘alarma social’ causada por una denuncia de la oposición de que el gobierno autonómico ha comunicado a 200 familias que van a ser desahuciadas…de sus viviendas sociales, propiedad de la comunidad.
“La publicación de esta noticia nos lleva a la necesidad de que evitemos la utilización de palabras como ‘desahucio’, ‘desalojo’, ‘alzamiento’ y ‘pérdida o privación de su vivienda”, indica la orden. Esas palabras y expresiones deben de sustituirse por “otras menos contundentes”, y pone como ejemplo “el impago producirá los efectos previstos en la normativa”.
El escrito concluye, “se omitirá toda referencia a que será desahuciado, lanzado de su vivienda, privado de ella” y, en letra mayúscula, añade, que se los servicios territoriales deberán modificar, ya, los modelos de carta que están utilizando.
Parece ser que un afectado a contestado a Vivienda que “por favor, dígale al señor director general que sería pertinente que procediese al encaje de la misiva que me remite en la cavidad orticular”, y otro, “respondo, con sumo gusto, a su escrito, que ahora tengo delante y que en un momento tendré detrás”.