Intentaron entrar al Pazo de Mos, donde se celebraba el Pleno del Concello, pero no lo lograron. El control policial que vigilaba el acceso, pidiendo el carné de identidad a cada una de las personas que pretendían acudir a la reunión de la Corporación fue tan lento que solo dos de los afectados lograron asistir a la misma. Esta apenas duró 13 minutos, y sin la presencia de los dos concelleiros del Bloque Nacionalista Galego (BNG), quienes decidieron irse por su discrepancia con la orden de que había dado la alcaldesa, Nidia Arévalo de desplegar, además de a siete unidades de la Guardia Civil, a agentes de la Policía Local, impidiendo la entrada de los afectados que se quedaron fuera del salón de reuniones.
Los incidentes más graves se produjeron cuando la alcaldesa y varios concejales más salieron del lugar, por la parte de atrás y en dos coches de Policía. Los afectados congregados no pudieron impedir que Nidia Arévalo saliese del recinto, pero sí que lograron rodear el segundo de los vehículos. Fue entonces cuando los agentes, intentando abrir hueco al coche, empezaron a forcejear con los congregados e, inmediatamente, se sumaron efectivos de la Guardia Civil y se sucedieron los empujones e insultos, entre gritos en contra de los ediles populares a los que acusaron de “cobardes”.
Una vez acabada la sesión, los afectados permanecieron en el exterior del inmueble, realizando pitadas y criticando la actitud a las fuerzas de seguridad al tiempo que denunciaron que varios de ellos recibieron numerosos golpes, chillando “¡Policía asesina!” mientras los agentes de la Guardia Civil se replegaban y salían del lugar.