“Tenemos que estudiar cosas como el uso de los preservativos, aunque la moral cristiana parte de los principios de la fe y eso hace que haya a quien le guste y a quien no”. Quien ha dicho esto no es un misionero, sino un cardenal, concretamente el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, que es uno de los cinco españoles que estaban en el Cónclave que eligió al Papa Francisco.
En opinión de Sistach, el nuevo Papa, que como cardenal Bergoglio, siendo titular de la archidiócesis de Buenos Aires reconoció que el preservativo era útil para evitar la transmisión de enfermedades en las barriadas más pobres de la capital Argentina, imprimirá un aire de frescor a la Iglesia, dando un giro aperturista en la institución que hará que se aborden temas como el uso de los preservativos o el papel de la mujer en esta institución.
En opinión del cardenal Sistach el mundo laico quiere naturalidad, que las expresiones de la fe sean comprensibles y el Papa Francisco tiene unos gestos que van por ahí, “le sale la fe con naturalidad”…y parece estar más al día que su predecesor, el ahora emérito Benedicto XVI, que en marzo de 2009, en su primer viaje a África, no dudó en decir que el SIDA “no puede superarse con la distribución de preservativos, al contrario, aumentan el problema”.