Al tiempo que se agota el plazo fijado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para que Pescanova presente sus cuentas de 2012, desde la firma gallega acaban de desvelar que su presidente, Manuel Fernández de Sousa, vendió durante los pasados meses de diciembre, enero y febrero casi la mitad de su participación en el grupo con la intención de aportar liquidez.
A través de comunicado, Pescanova afirma que esa venta se llevó a cabo con “importantes pérdidas” y que se desprendió de un total de 1.986.196 títulos de la compañía, o lo que es lo mismo, de un 7% de la empresa, casi la mitad de las acciones que poseía hasta ese momento. No obstante, Fernández de Sousa continúa siendo el mayor accionista.
Precisamente hoy, Pescanova presentó formalmente el concurso voluntario de acreedores el Juzgado de lo Mercantil de Pontevedra, decisión adoptada por el Consejo de Administración, el pasado 5 de abril.
Desde la compañía consideran que existen “importantes fundamentos para sostener la actividad empresarial” y, en este sentido, espera poder alcanzar la fórmula idónea para permitir el mantenimiento de la actividad, el empleo y la generación de riqueza.
Se calcula que la firma gallega tiene una deuda que ronda los 2.700 millones de euros, más de 1.200 millones de euros por encima de lo que, en principio, figuraba en el pasivo auditado, concretamente, 1.522 millones de euros.
Por cierto que si Pescanova no cumple con el requerimiento de la CNMV, la firma gallega puede cometer una infracción muy grave, tal y como recoge la Ley del Mercado de Valores. En este sentido, podría enfrentarse a multas económicas astronómicas.