El presidente de la Conferencia Episcopal (CEE) aseguró este martes, durante el discurso inaugural de la asamblea plenaria de la CEE para mostrar, con contundencia, su oposición a la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que declara completamente legal y ajustado a derecho el matrimonio homosexual y, de paso, recordar al Gobierno que debería legislar para que solo se denominase ‘matrimonio’ a la unión de un hombre y una mujer.
El cardenal Rouco dijo que “se trata de restituir a todos los españoles el derecho de ser expresamente reconocidos por la ley como esposo o esposa”, algo que no deja de sorprender en un hombre al que se presupone una preparación suficiente como para haberse leído, además de la sentencia del TC el artículo 32 de la Constitución. El mismo dice, “el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica”, añadiendo que, “la ley regulará las formas de matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los derechos y deberes de los cónyuges, las causas de separación y disolución y sus efectos”.
Parece que su eminencia tampoco presta gran valor a lo que dice el Tribunal Constitucional que, en esta materia, y rechazando el recurso del Partido Popular, indicó en sus sentencia de noviembre pasado, “una lectura evolutiva de la ley fundamental no lleva a la conclusión de que el matrimonio heterosexual sea el único constitucionalmente legítimo”, subrayando que “la Ley del Matrimonio Homosexual no desnaturaliza esta institución”.
Además de ello, monseñor Rouco Varela debería de echar un vistazo a este otro artículo constitucional, el 16, “ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones” y el artículo 1.2, “la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”. No pone nada de que resida en la Conferencia Episcopal y tampoco que nadie detente ningún cargo por la gracia de Dios…eso en las monedas de duro de hace 40 años.