Hacía 46 años que los Lakers no perdían por 4-0 en la primera ronda de los play-off. Esto es lo que ha pasado esta madrugada (hora española), ante San Antonio, que se impuso, a domicilio a los angelinos por un inapelable (82-103), poniendo fin a una temporada espantosa en la que, Los Ángeles, cuajado de figuras, pero con un menos que mediocre entrenador en el banquillo ha hecho, literalmente, el ridículo.
Tanto fue así que el incondicional Jack Nicholson dejó su asiento a pie de cancha a muchísimos minutos del final del encuentro, un ejemplo que siguieron decenas de aficionados.
En muchos medios se hablaba de ‘plaga de lesiones’, pero la realidad es que Mike D’Antoni, que se hizo cargo de la dirección técnica del equipo esta temporada ha reafirmado que la suya es una concepción del baloncesto ya muy superada, lo mismo que su manera de ‘no motivar’ a la plantilla o no ser capaz de sacar lo mejor de sus figuras.
Kobe Bryant, con el tendón de Aquiles roto y ayudado por las muletas, se dejó ver en el pabellón. Fue durante el tercer cuarto, cuando la suerte ya estaba echada y la brecha había llegado a su cota máxima: 25 puntos de diferencia. Kobe acudió tras el banquillo. Acababa de producirse la expulsión de Dwight Howard por dos faltas técnicas.
En su último partido de la temporada, y quizá en los Lakers, Pau Gasol anotó 16 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias y 2 tapones en 35 minutos.