El partido mayoritario en el Congreso de los Diputados no está dispuesto a reformar la Ley Hipotecaria para introducir la dación en pago que permitiría a quienes no puedan afrontar ya su hipoteca dar su casa como pago de sus deudas, pero sí que acometió una reforma de esta ley, en 1998 para favorecer a la Iglesia…la católica, por supuesto.
Exactamente, una reforma de aquel año, aprobada por el Gobierno Aznar, y que los gobiernos de Zapatero tampoco tocaron, permitió ala Iglesia – la católica, por supuesto- inscribir propiedades como cementerios, ermitas, fincas, iglesias, incluso la Mezquita de Córdoba (por 30 €), que no estuvieran registradas y sin ninguna clase de publicidad. En total, desde entonces, la iglesia registró a su nombre más de 4.500 propiedades.
Para llevar a cabo dichos registros bastó una certificación del Obispo, sin más y, por supuesto, sin pagar un euro de impuestos de transmisión patrimonial. Tampoco tuvo problema la iglesia para, después de registrar dichas propiedades a su nombre, por cuatro duros, vender las que le pareció y, por supuesto obtener plusvalías por un importe que, ni los ministros de Hacienda populares ni los socialistas se molestaron siquiera en averiguar…eso sí, si quien hubiese vendido un piso con una plusvalía de 1.000 € hubiese sido cualquier otro español, Hacienda habría reclamado su parte correspondiente.