El Gran Premio de España de Fórmula 1 fue la ocasión que esperaba Ferrari para demostrar que este año sí que quiere optar al campeonato…al de pilotos y al de conductores. Con una fiabilidad ya probada y una estrategia que salió perfectamente, los dos monoplazas italianos firmaron una magnífica carrera en el Circut de Catalunya y ello pese a que no salían de las mejores plazas para optar al triunfo final.
Fernando Alonso, que empezó la carrera lanzado a por la victoria, se deshizo enseguida de los varios de los rivales que salían delante de él y dejó atrás a Lewis Hamilton (Mercedes) y Kimi Raikkonen (Lotus) , yéndose a por Sebastian Vettel (Red Bull), el actual líder del Mundial, y Nico Rosberg (Mercedes), que aguantó en la primera plaza hasta que llegó el momento de cambiar gomas.
Completando este trámite, el piloto asturiano se fue a por todas y, tras deshacerse de su máximo rival, Sebastian Vettel, se hizo con la cabeza de la prueba para no soltarla ya hasta el final y repetir éxito, en el mismo circuito en el que se había subido a lo más alto del cajón en 2006…y lograr el triunfo 32º de su carrera, quedándose como el cuarto piloto más laureado de la historia.