Un lustro después de que el Gobierno Zapatero aprobase la Ley de la Memoria Histórica, el Congreso, a proposición de la Izquierda Plural, considerará hoy si decide condenar la dictadura de Franco, casi 38 años después de su muerte y 77 tras el golpe de Estado que lideró contra la República y que acabó, primero en una Guerra Civil y, después, en un régimen represor que duró casi cuatro décadas.
Sin embargo, antes de que se diga una sola palabra sobre todo ello o se considere que el 18 de julio sea declarado día de las víctimas del franquismo, ya se sabe que la proposición no saldrá adelante. El Partido Popular, que tiene mayoría absoluta en la Cámara Baja, ha adelantado que votará ‘no’ a esta iniciativa y Unión Progreso y Democracia se decantará por la abstención dado que sostiene que “el Parlamento no es una Academia de Historia en una democracia avanzada”.
Izquierda Plural incluye tres artículos en su proposición de ley, en el segundo de ellos indica que “esta declaración oficial se hace en homenaje y reconocimiento de todos los hombres y mujeres que fueron víctimas de la Guerra Civil española, así como de cuantos padecieron más tarde la represión de la dictadura franquista”, y en el tercero propone que “el Gobierno en colaboración con las administraciones autonómica y local promoverá que se erijan monumentos a la memoria de las víctimas del régimen franquista en las capitales del estado español”.
