Bélgica celebra este domingo, día de su fiesta nacional, la abdicación de Alberto II y la subida al trono de su hijo Felipe, de 53 años. El séptimo Rey de los belgas, desde la creación del país en 1830, se ceñirá la corona en una ceremonia austera – con ausencia del resto de las familias reinantes de Europa, que no han sido invitadas – y que no despierta entusiasmo popular.
El pasado día 3, Alberto II, de 79 años – que accedió a la Jefatura del Estado hace dos décadas, tras la muerte de su hermano Balduino – anunció por sorpresa su decisión de abdicar por motivos de salud; “constato que mi edad y mi salud ya no me permiten ejercer mi función como desearía”, dijo en un breve discurso televisado. “Ha llegado el momento de pasar el relevo a la siguiente generación”.
Sin embargo, esta afirmación no pareció creérsela nadie y el convencimiento es que en la decisión han influido los escándalos que han afectado a la monarquía. El más reciente, la demanda judicial de Delphine Boël, su presunta hija ilegítima de 45 años, para que reconozca su paternidad, un asunto que podría resolverse de manera más rápida ahora que el monarca perderá su inmunidad.
Sí es cierto que el Rey Alberto tuvo una intervención decisiva en la formación del actual Gobierno, presidido por Elio di Rupo, que tardó 541 días en constituirse por el enfrentamiento entre valones y flamencos, tanto es así que representantes de varios partidos le instaron a que aplazase la abdicación hasta después de las elecciones del año que viene con cuyo resultado tendrá que entendérselas el nuevo monarca.
Una dura prueba para Felipe que no goza ni de la cercanía ni del aprecio de su padre, y al que se tiene por una persona gris e introvertida que presenta como principal atractivo a su mujer, Matilde, la primera belga en convertirse en reina de su país.
Alberto II es el segundo monarca europeo que abdica este año, tras Beatriz de Holanda, que el pasado 30 de abril cedió el trono a su hijo Guillermo, circunstancia que algunas personas esperan que sirva de espejo para el Rey Juan Carlos quien, con problemas de salud y una imagen ya muy deteriorada, ha descartado, sin embargo ceder su puesto a su hijo. Eso sí, Bélgica podrá presumir de ser el país con más reyes y reinas, puesto que Alberto y Paola no pierden la condición de tales, lo mismo que Fabiola, por lo cual, los belgas tendrán dos reyes – Alberto y Felipe – y tres reinas, Fabiola, Paola y, ahora, Matilde.