Aunque Alberto Núñez Feijóo reclamó en su intervención, este sábado en la reunión anual del PP en Soutomaior, que el parido “escuche a los ciudadanos”, la realidad es que 21 vehículos de Guardia Civil y Policía Nacional, Protección Civil, agentes de la Policía Autonómica, dos helicópteros, además del equipo de seguridad que le acompaña habitualmente, protegían esta mañana al presidente del Gobierno. Mariano Rajoy, como cada año desde 2006, ha estado en Galicia para abrir los que los comentaristas llaman el ‘curso político’.
Para ello – y para aislarse de los distintos colectivos que se han desplazado para expresar sus protestas, empezando por los Afectados por las Preferentes, los accesos al ‘castelo’, estaban cortados- ya desde este viernes de madrugada – y los periodistas tuvimos que pasar hasta tres controles: uno para acceder a la carretera que acaba en el castillo, otro, una vez aparcado el coche, y un tercero en la mesa de acreditaciones, antes de llegar al ‘prado’, donde el también presidente de los populares iba a hablar a un millar militantes.
Entre ellos, conselleiros, presidentes de Diputación, alcaldes – encabezados por los de Santiago y A Coruña, diputados – en el Congreso y el Parlamento de Galicia – senadores, concejales y venerados ex altos cargos – como el casi centenario ex presidente Fernández Albor -, a los que se ha unido, el jefe del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo y su gobierno en pleno – incluida la conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, que no quiso estar ausente pese a que a la hora en la que han empezado los discursos más una decena de incendios, activos en toda Galicia -.
Rajoy no escuchó una sola palabra disonante, todo fueron aplausos y parabienes, movimientos ‘estratégicos’ para hacerse hueco detrás del presidente, – técnica en que hay auténticos ‘especialistas’ , que provocan algo de vergüenza ajena, pues saben que ello les facilita salir en los medios de comunicación – y colas para estrechar la mano o hacerse una foto con el jefe del Ejecutivo.