La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre 10 y 18 años de cárcel a cuatro integrantes de Resistencia Galega por los delitos de integración en banda terrorista, tenencia de explosivos y falsificación.
Los condenados son Eduardo Vigo y Roberto Rodríguez, que tendrán que cumplir 18 años de prisión, y Antón Santos y María Osorio López, sobre los que han recaído 10 años de cárcel al no considerarles la Sección Tercera de la Audiencia responsables del delito de tenencia de explosivos, en la que supone la primera sentencia a miembros de este grupo por pertenencia a banda terrorista.
A Eduardo Vigo se le detuvo en octubre de 2011 en un peaje de la AP-9, a la altura de Teo, cuando, según la sentencia, iba en un coche que contenía tres artefactos explosivos que estaban“preparados y temporizados para su explosión”, que le había entregado Roberto Rodríguez. La sentencia explica que Vigo, de 28 años, fue interceptado en su coche ese día después de haber recibido de manos de Rodríguez, de 35 años, tres termos metálicos de unos 25 centímetros de altura y 12 de diámetro que contenían explosivos “reales, temporizados, que permiten un tiempo de temporización máximo de hasta 12 horas”.
Tras detenerlos, se hizo un registro a sus domicilios, ambos situados en la ciudad de Vigo. En el de Eduardo Vigo se halló documentación relacionada con el “independentismo radical de Galicia”, mientras que en un trastero de Roberto Rodríguez se encontró una olla a presión con explosivos que habrían causado daños en un radio de diez metros, tres bengalas de señales, dos pelucas y varios documentos de identidad falsos.
A los otros dos condenados, de 27 y 34 años, se les detuvo el 3 de diciembre de ese año, tras registrar el domicilio que compartían en Lugo, en el que se encontró documentación sobre independentismo gallego, un manual sobre técnica de interrogatorio de la CIA, posibles objetivos de acciones terroristas y una garrafa con 8 litros de gasolina. Durante el juicio celebrado el 24 de junio ante el tribunal presidido por Alfonso Guevara, todos los ahora sentenciados negaron pertenecer a Resistencia Galega.