El alto desempleo juvenil en España “es una emergencia sanitaria” que, de no atajarse, tendrá consecuencias para futuras generaciones. Quien lo ha asegurado, este miércoles, en Londres, ha sido Michael Marmot, autor de un estudio para la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las desigualdades de salud en Europa.
Marmot, director del Instituto de Equidad Sanitaria del University College de Londres, subrayó que el Gobierno español debe introducir medidas de protección social para evitar el deterioro de la generación joven, que afronta el riesgo de problemas mentales y una tasa de mortalidad más alta.
”Es urgente promulgar políticas económicas y sociales que den a estas personas un futuro”, declaró el académico mientras mostraba una fotografía de ‘indignados’ manifestándose en las calles de Madrid.
Estas medidas incluirían, según Marmot, el fomento del empleo con formación y acceso adecuado a prácticas así como la garantía de ingresos para los parados a través de ayudas sociales. El profesor añadió, “me preocupa que las medidas de austeridad impuestas a España, Grecia y Portugal están aumentando el desempleo entre la población joven”, y planteó esta solución: “el Gobierno español debe enfrentarse a la troika europea y decirles que dejen de imponer medidas que dañan a su población”.
Marmot recalcó que un desempleo juvenil del 52% “es muy nocivo para la salud” y alertó de que, a corto plazo, causará “problemas de salud mental”, además de un mayor índice de disturbios sociales. A largo plazo, continuó, los desempleados sufren “más problemas físicos de salud, hasta el punto de que los parados tienen un tasa de mortalidad un 20 % más alta que las personas empleadas”. A su juicio, los suicidios, “que son la punta del iceberg”, aumentan de manera proporcional al desempleo, apuntó el experto.
En el caso de los jóvenes, la falta de empleo en esa edad clave “disminuye sus perspectivas de una vida mejor en el futuro, lo que a su vez repercutirá en sus hijos, que nacerán en la pobreza o con menos oportunidades”.