Sergey, ¡ay Sergey!…¿qué has hecho?…bueno, sabemos los que has hecho: una apuesta. Así es. El bueno de Sergey –en Gloria esté- apostó con dos chicas que podía tener sexo con ellas 12 horas sin parar…y, como todos los tíos somos unos fantasmas, aceptó y, por supuesto, para no quedar mal se atiborró de Viagra porque, además de hacer realidad el sueño de su vida estaban en juego los 4.000 € de la apuesta.
A Sergey el polvo sin fin no se lo quita nadie, pero no va a cobrar la apuesta: murió. Eso sí, reconocemos que ganó aunque, lamentablemente, se lo llevó un paro cardíaco poco después de pasar esa docena de horas de desenfreno.
Una de las chicas, Alina, declaró a la prensa que llamaron a la ambulancia, pero los servicios médicos no pudieron hacer nada por salvarle la vida. Según los doctores, las grandes dosis de viagra que Sergey tomó y el intenso ejercicio físico que hizo en la cama, fueron los responsables de su muerte.
