Esto es verdad: ‘los viejos rockeros nunca mueren’; esto ya no: ‘lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas’. De la caída de este último mito se ha encargado una contemporánea de Sinatra, Evelyn Kottman, quien decidió celebrar su 103 cumpleaños como debe de celebrarse un 103 cumpleaños: fue al casino a apostar, se puso hasta arriba en un buffet libre y, luego, se hizo un tatuaje.
Acompañada de sus nietos, Evelyn, apostó 103 dólares a la ruleta…y ganó. Con lo que llevaba en el bolsillo se sentó en el buffet, dio 20 pavos de propina al camarero y comió hasta cansarse y, para la sobremesa, nada de “abuela vete a dormir la siesta”…Evelyn – que desde hoy es un ejemplo para el becario, que cuando cumpla 103 años será ya director- se fue a ver al tatuador y le dijo, “chaval, siempre he querido hacerme un tatoo y creo que ha llegado el momento”. Así es ella. ¡Evelyn este My Way es para ti!…cuando quieras, Frank.