El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte suprime las ayudas para estudiar idiomas en el extranjero durante el verano, de las cuales se beneficiaron unos 12.000 alumnos, y se sustituyen por cursos de inmersión en España. El ministro José Ignacio Wert declaró que “son más eficientes los cursos de inmersión que se realizan en España, que los de turismo lingüístico que llevan a lugares como Australia, Nueva Zelanda o Estados Unidos”.
Durante el año pasado, Educación redujo a la mitad el dinero destinado a estas becas, 24,5 millones de euros frente a los 51 millones del 2011. Los cursos tenían una duración de al menos tres semanas, realizándose entre el 1 de julio y el 30 de noviembre. Podían optar a ellas, estudiantes de inglés, francés y alemán en países de la Unión Europea, Australia, Canadá, Estados Unidos y Nueva Zelanda. La cuantía económica oscilaba entre los 1.700 y los 2.645 € según el destino.
Fuentes de Educación han señalado que sólo se mantendrán las becas para estudiar francés en Francia. Se trata de una partida de 500 ayudas, con un importe medio de 900 €.
Frente a esta inmersión en España se alza el dato de que los escolares españoles que cursan todo un año en el extranjero han crecido un 23% en apenas dos años. Se pone de manifiesto que, pese a la crisis económica, las familias hacen un esfuerzo para que sus hijos vivan esta experiencia de aprender un idioma fuera de las fronteras Aseproce, la asociación que agrupa a un centenar empresas del sector (el 60%), calcula que se acogen a esta oferta 3.000 alumnos cada año.
Por contra, son escasos los extranjeros que eligen acudir a España a estudiar un curso de secundaria. Los motivos van desde la dificultad del sistema educativo español hasta la escasa promoción que el país ofrece a estos intercambios. Los destinos preferidos por los españoles son Gran Bretaña (45 %), Irlanda (23 %), EEUU (20 %), Canadá (5 %), Francia (2,5 %) y Alemania (2,5 %).