La catedral compostelana necesita resolver los problemas de estructura, tanto en cubiertas y fachadas, para solucionar las filtraciones de las precipitaciones que traspasan al interior del templo. Un plástico azulado de grandes proporciones protegiendo la capilla del Pilar, o en el interior del santuario, cubos que recogen las goteras, así como la visibilidad de humedades, musgo o levantamiento de la piedra son los signos más visibles del deterioro de la basílica.
Actualmente el templo se encuentra en proceso de rehabilitación en algunas de sus principales zonas: la torre norte de la fachada del Obradoiro; el Pórtico de la Gloria, o el anexo Palacio de Xelmírez. La inversión en la fachada principal se sitúa en los 3,7 millones de euros, de los cuales 2 millones son aportados por la Catedral y las instituciones públicas. ‘Necesitamos recaudar 1,7 millones para el desarrollo de un proyecto imprescindible para garantizar su conservación’, explica la Fundación Catedral de Santiago.
Una de las ideas ha sido la puesta en marcha de un Plan de Mecenazgo para quien desee colaborar económicamente con el mantenimiento del monumento. De la cantidad solicitada han recaudado 181.000 euros mediante aportaciones voluntarias.
