Antes del accidente del 24 de julio, el jefe de los maquinistas, José Ramón Iglesias Mazaira, alertó del riesgo en la curva de Angrois a varios superiores y técnicos, por lo que al menos diez cargos intermedios debían conocer la situación desde hace dos años.
En la documentación presentada por Renfe ante el instructor del caso, Luis Aláez, culpa a José Ramón de no haber tramitado la advertencia ante el órgano adecuado. Los papeles revelan que parte de los técnicos ni leyeron la advertencia, y que Mazaira y su superior decidieron que el problema se solucionaba avisando él mismo al resto de maquinistas.
Según los informes presentados, hasta el pasado 2 de diciembre la cúpula de Renfe desconocía que se hubiera advertido del peligro. La empresa decidió abrir una investigación interna, pero no lo comunicó al juez Aláez, que tuvo conocimiento de ello a través del abogado del maquinista del Alvia.
El magistrado otorgó a Renfe tres días para entregarle la documentación oportuna. En ella, se constata que Mazaira remitió su aviso a su superior el 26 de diciembre de 2011 y dos días después se reunía con varios técnicos para el seguimiento sobre la explotación de los trenes que llevaban dos semanas circulando entre Ourense y Santiago, pero no se trató la falta de señalización.
La compañía puntualiza que Mazaira no trasladó la advertencia a la Comisión Territorial de Seguridad en la Circulación de Renfe en León, de la cual él mismo es vocal.