Después de haber sido nombrado jefe de las SS, el asesino Heinrich Himmler, dejó bien claro: “Si Hitler me pidiera asesinar a mi madre, lo haría”, revelan las cartas almacenadas por el pintor israelí Chaim Rosenthal y citadas por el semanal alemán ‘Die Welt‘.
Estos documentos muestran cómo el genocida enviaba a miles de judíos a la muerte y al mismo tiempo escribía cartas tiernas a su familia. “En los próximos días voy a estar en Lublin, Auschwitz y Lviv. Te deseo lo mejor, un buen viaje, y que la pases bien con nuestra pequeña hija. Una manada de besos”, dice la carta dirigida a su esposa, Margarete.
Las misivas revelan que Himmler nunca le ocultó a su mujer las atrocidades que cometía: “Desde el sábado hasta el martes voy a estar en un campo de muerte para probar métodos nuevos e interesantes de fusilamiento”.
Las cartas confirman que los esposos Himmler estaban unidos en sus fuertes sentimientos antisemitas. En noviembre de 1938, el día antes de La Noche de los cristales rotos, Margarete escribió lo siguiente: “Este tema de los judíos, ¡que esta escoria nos abandone y nos deje vivir una vida feliz!”.
Las cartas también han revelado que la esposa de Himmler sabía muy bien con quién estaba casada. “Tengo mucha suerte de tener un marido maligno que ama a su esposa maligna“, escribió Margarete. Himmler le respondió: “No hay nada más que venganza. Para siempre”. En los años 1920 se calificó a sí mismo en una misiva a su mujer como “tu querer maligno”.
Himmler y Margarete no siempre fueron socios en su relación amorosa: en 1940, el entonces jefe de las SS comenzó un romance con su secretaria, Hedwig Potthast, con la que tuvo dos hijos. En una casa que Himmler le regaló, Potthast tuvo una colección de muebles hechos con huesos humanos.