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En el campamento de refugiados de Yarmuk no quedan ni gatos para alimentar a los civiles

Los refugiados palestinos en Yarmuk, donde 80 personas han muerto de hambre, comienzan a recibir ayuda tras alimentarse de animales domésticos. Manifestándose ante los militares sirios con cazos vacíos, una joven superviviente del campamento, cuyo nombre es Baraa, declara que “llevamos siete meses viviendo una muerte lenta bajo el asedio. Hace cinco que no tenemos pan y las escasas reservas de sémola y lentejas se han acabado. No tenemos medicinas, ni agua potable, ni electricidad, y los francotiradores disparan a todo lo que se mueve. Ya no quedan ni gatos que comer. O morimos de hambre o morimos de un tiro”.

El asedio que sufre Yarmuk, a ocho kilómetros al sur de Damasco, comenzó en junio. Sólo una asociación local ha proseguido ayudando a sus habitantes. “Hemos perdido a 10 de los 50 voluntarios a manos de los francotiradores”, explica Yaser, coordinador. “No podemos hacerles llegar víveres o medicamentos. Perdemos más de un 80% de la ayuda en los diferentes controles de rebeldes y Ejército”.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA siglas inglesas) anunciaba una segunda distribución de otras 600 raciones de alimentos. Quedan 6.000 familias por alimentar, es decir, entre 20.000 y 25.000 personas.

En diciembre, los palestinos que viven en Yarmuk lograron un alto el fuego para negociar. “Propusimos crear una zona libre controlada por la seguridad interna, sin Ejército sirio ni rebeldes, para que los civiles regresaran a sus casas. Sellamos el acuerdo, pero dos días más tarde Catar ordenó a Hamás proseguir la lucha”, explica anónimamente un miembro cercano al Comité de Negociación Palestino.

El campo de Yarmuk fue creado en 1948 por Naciones Unidas para acoger a miles de palestinos refugiados de las guerras entre Israel y los países árabes. El 16 de diciembre fue bombardeado por el régimen sirio por primera vez para repeler un ataque rebelde sobre la capital, Damasco. De la zona han salido 1.200.000 personas, 150.000 palestinos que representan un cuarto de los desplazados en Siria.

 

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