Cada vez que visitamos una experiencia pasada, la memoria añade fragmentos vividos en el presente y se modifica lo recordado, según un estudio que publica la revista Journal of Neuroscience.
Para su estudio los científicos tomaron 17 hombres y mujeres que observaron 168 objetos ubicados en diferentes posiciones con fondos variados. A continuación se les ordenó que colocaran los elementos en la ubicación original, pero los sitios elegidos por los participantes eran incorrectos. Para la parte final les mostraron el objeto en la ubicación original, la creada por ellos y una nueva. El resultado se centró en la segunda opción.
Según los investigadores esa modificación ocurre en el hipocampo del cerebro. “La memoria es un mecanismo de supervivencia, que se adaptan a contextos cambiantes constantemente. No es que uno pueda volver atrás y ver lo ocurrido tal como ocurrió, sino que se crea una historia que se ajusta a la realidad presente” añaden.
El trabajo plantea dudas sobre la fiabilidad de los testigos. “La memoria está diseñada para cambiar, no reproducir los hechos, por lo que no somos testigos fidedignos”, puntualiza la autora del estudio, Donna Jo Bridge. En los recuerdos modificables se engloba el amor a primera vista. “Cuando se recuerda el momento en que se conoce a la pareja actual, la memoria esté plena de amor y euforia. Los sentimientos actuales se proyectan sobre el encuentro original con esa persona “, concluye la investigadora.
