Investigadores de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) están analizando las consecuencias de la revolución digital en el fallecimiento de los internautas.
Con las redes sociales ha surgido una nueva forma de luto. La investigación explora webs que permiten crear actos en honor ‘online’, véase Muchloved.com cuyo cometido es la creación de homenajes al ser querido. Se suman a la causa fúnebre páginas conmemorativas en Facebook, tributos en Instagram, santuarios en Twitter, así como álbumes de recortes digitales y grupos de apoyo. Por existir, se han encontrado lápidas virtuales, es decir, lápidas reales que permiten escanear un código con el smartphone, que abre una web sobre la persona enterrada.
Para los autores del estudio, Paul Coulton y Selina Ellis Gray, las actualizaciones en las redes sociales suponen para sus allegados un asunto más sobre el que tomar decisiones. “Los familiares ya no sólo tienen que decidir qué hacer con sus objetos materiales, sino que además tienen que pensar en los restos sociales online, tales como fotos digitales, vídeos, actualizaciones de estado y mensajes de correo electrónico” informaciones rastreables, visibles y abiertas a la reinterpretación de cualquier usuario de nuestros seres más apreciados.