La decisión belga de expulsar a los ciudadanos de la UE que no consigan trabajo en tres meses lleva por el momento 2.500 salidas: franceses, italianos, holandeses, búlgaros y demás nacionalidades que han cruzado el charco ante las dificultades laborales encontradas en sus países de origen. Entre ellos, 300 españoles.
Las autoridades belgas comunicaron a los españoles que abandonasen el país por considerarlos una “carga irracional para el sistema”. Para ello, alegan que se rigen por el artículo 35 de la directiva europea sobre residencia y libre circulación de ciudadanos.
La portavoz de la Oficina de Extranjería de Bélgica, Dominique Ernould, ha explicado a Efe que se refiere a ciudadanos desempleados más de un año, que no realizan gestiones para encontrar trabajo y viven instalados en un sistema de ayudas sociales.