El invierno aumentó su temperatura en 5º en los territorios europeos y 0,87º a nivel mundial según el National Climatic Data Center (NCDC) de Estados Unidos. En España, la época invernal ha sido cálida y húmeda con una temperatura media de 8,3º, al incrementarse 0,4 décimas.
En relación al balance de la estación más fría del año, la península registró una precipitación media de 245 litros por metro cuadrado, un 20% a mayores de años anteriores. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) establece que los numerosos temporales con rachas fuertes de viento afectaron principalmente a Galicia y a las regiones del Cantábrico.
Los países con los mayores aumentos de temperatura por encima de los valores convencionales se ubican en el Lejano Oriente, China y Rusia. El segundo invierno más cálido en sus registros se relacionan con Europa, Austria y los Países Bajos; y Suiza lo cifra su tercero menos gélido. Debido al cambio en la climatología, los brotes primaverales resurgieron antes de tiempo en gran parte de Europa.
En cuanto al aumento del frío, las olas de aire del Ártico propagaron extensas nevadas en Estados Unidos y Canadá. Los Grandes Lagos se enfriaron alcanzando un espesor de la capa de hielo del 90%, incluso en América Central obtuvieron temperaturas más heladas de lo habitual.