En Pakistán disponen de una peculiar forma de acatar las normas judiciales. Un magistrado ha retirado los cargos penales que involucraban a un bebé de nueve meses por intento de asesinato.
Por un error, se le acusa de agresión a un grupo policial en un enfrentamiento entre los agentes y los trabajadores que intentaban cobrar una factura del gas, actuando junto a otros miembros familiares. El pequeño Musa Khan acudió en brazos de su abuelo al juzgado, derrumbándose en el procedimiento policial de la captación de las huellas dactilares, más por desconocimiento que por culpabilidad.
Parece ser que la lógica se impuso y se comunicó a la familia que los cargos habían sido retirados. El abuelo del niño junto a tres de sus hijos continúan bajo acusación policial. Los agentes mantienen en activo una investigación de carácter interna para esclarecer el error humano que involucró al menor en los sucesos.
