La nueva Ley de Tráfico que entrará en vigor este viernes, día 9, impondrá la obligatoriedad del casco en ciudad para ciclistas menores de 16 años, prohibirá los dispositivos de detección de radares y aumentará la multa hasta 1.000 € para los conductores que vayan al volante bajo los efectos del alcohol o de las drogas -que se detectará con un test de saliva- que sean reincidentes o que dupliquen la tasa permitida.
La norma, ratificada por el Congreso el 20 de marzo, incorpora otras novedades, como la posibilidad de cortar una carretera o tramo por causas medioambientales, por ejemplo, de contaminación; o la capacidad de inmovilizar un vehículo si circula con niños sin sistema de retención infantil, que será obligatorio para todos los menores que no superen 1,35 metros de altura.
También se amplía a 20 días el periodo voluntario para pagar multas o realizar alegaciones aunque renunciando con ello a la presentación de recursos.
Además, el texto establece la posibilidad de elevar, en algunos tramos de autovías y autopistas, el límite de velocidad hasta los 130 kilómetros hora y reducir en 10 por hora la máxima en carreteras secundarias.