Rusia y China han firmado, finalmente, el histórico acuerdo de suministro de gas. El contrato ha estado sobre la mesa durante 10 años, ya que Moscú y Pekín debían acordar el precio, la ruta del gasoducto y las posibles participaciones chinas en proyectos rusos.
El contrato entre los gigantes estatales, la rusa Gazprom y la china CNPC (Corporación Nacional de Petróleo de China), ha sido formalizado en el marco de la visita del presidente ruso Vladímir Putin a China. El mismo, que entrará en vigor en 2018, tiene una duración inicial de 30 años- desde esa fecha- y supondrá el suministro de 38.000 millones de metros cúbicos de gas al año.
Pekín necesita volúmenes adicionales de gas debido al aumento de la demanda interna. En el primer trimestre de 2014 las importaciones chinas de gas crecieron un 20% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Expertos chinos calculan que en 2020 el consumo de gas en el país será en torno a 300.000 millones de metros cúbicos, mientras que en 2030 esta cifra podría subir a los 600.000 millones.